Aquí, en el asentamiento de refugiados de Kyangwali, en el oeste de Uganda, el Dr. Suzanne ha estado ocupado enseñando el Mariposa Ultrasonido a parteras locales. En este vasto asentamiento con aproximadamente 130,000 refugiados congoleños y sin hospitales, Suzanne ha estado asistiendo a clínicas rurales y abarrotadas donde, hasta ahora, las parteras no tenían capacidad de obtener imágenes. Después de unos días de entrenamiento y cuando una partera aprendiera la habilidad de encontrar y contar la frecuencia cardíaca fetal, habría vítores, choques de puños, abrazos y, a veces, incluso saltos de alegría. Decir que las parteras estaban eufóricas sería quedarse corto. Las mujeres congoleñas embarazadas miraban divertidas el motivo de tanto entusiasmo. Hasta ahora, estas trabajadoras parteras ugandesas han estado utilizando métodos antiguos.

Sin electricidad y con un entrenamiento que se prolongaba hasta el final de la tarde, las parteras rezaban a sus respectivos dioses para que permitieran que el ultrasonido y los iPads mantuvieran suficiente energía para atender a todos sus pacientes. Estas parteras ahora se sienten empoderadas y ansiosas por aprender más sobre esta ecografía una vez que dominen estas habilidades básicas.

El asentamiento de refugiados de Kyangwali no es un lugar fácil. Estas parteras trabajan en entornos difíciles, con pocos suministros y salarios aún menores. También ayudan literalmente a la gente, y para las decenas de miles de mujeres congoleñas desesperadas, realmente cumplen :)

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