Laos. Una apertura suave.

No hay nada mejor que estar en un lugar nuevo. Nada.   

Claro, la familiaridad tiene sus ventajas, pero no tan emocionantes como lo nuevo y lo desconocido. Conocemos la mayoría de los países del sudeste asiático como Tailandia, Bangladesh, Myanmar y partes de Indonesia, Vietnam y Camboya. Entonces, para ser voluntario y hacer todo lo posible para ayudar, es genial estar en una nueva tierra. 

Laos, uno de los 5 países comunistas que quedan en el mundo y el único país sin litoral en el sudeste asiático, nos ha recibido con calidez. Harta calidez. Después de estar en Uganda más de un mes con un clima absolutamente perfecto, la pegajosa humedad del sudeste asiático nos golpeó como una bolsa de arroz de diez toneladas. Arroz glutinoso. Es extraño estar sentado, sin moverse, y a la vez sudando de todas partes, ¡y se supone que esta es la temporada fría! Estoy considerando seriamente el desodorante para mis entrededos. Con razón Buda siempre estaba echado. (QHB)

Al haber nacido y crecido en Asia, hay algo de estar aquí que se me hace familiar, y no me refiero solo a los fideos. En comparación con Europa o Norteamérica, es nostálgico estar en una sociedad pasiva y culturalmente colectiva. En el mundo occidental, el individualismo, los objetivos personales y la ambición impulsan a la sociedad y son más importantes que la colectiva. Aquí, las decisiones son tomadas para el bien común. Esto se me hace maravillosamente e hilarantemente obvio al conducir.  

Nos han prestado amablemente un par de bicicletas y también, como la mayoría de las personas aquí, un ciclomotor para movilizarnos. Es común ver a una niña de 10 años conduciendo un ciclomotor con un paraguas en la mano izquierda mientras sus hermanos de 8 y 7 años están sentados detrás de ella yendo a la escuela. Estamos en una ciudad pequeña sin semáforos, pero esta sociedad culturalmente colectiva se mueve por las calles como hojas flotando sobre el río Mekong. Si desea conducir por el camino equivocado en una calle de sentido único, hágalo respetuosamente y nadie se sorprenderá. Si desea recorrer 4 kilómetros por hora mientras habla con sus amigos en el medio de la calle, dale, a nadie le importará. Haz lo que quieras, pasivamente, por el bien común. Vivimos en Ecuador a propósito, un país donde viven y conducen de manera similar, pero estos laosianos lo llevan al siguiente nivel. No conocen ni tienen animosidad, y son incapaces de malicia. No creo que esté en su vocabulario, definitivamente no está en su manera de conducir. 

 

Hace un par de días, mientras manejábamos por un camino rural, tuvimos que frenar en seco porque teníamos a 2 elefantes por delante. Nos sentimos mal por estar en su camino, total, esta es su tierra, estos reales símbolos nacionales de Laos. Eventualmente pasaron, y por suerte los elefantes tampoco llevan malicia.  

Ayer, uno de mis estudiantes me dijo por qué Laos se llama oficialmente Lao PDR, y no es la República Democrática Popular. "Es porque en Lao, la gente no se apresura", dijo. 

Durante esta época del año, el desvencijado puente peatonal de bambú que conecta el lugar donde vivimos con el "centro de la ciudad" se lava con la fuerte corriente, así que esta noche tomamos el único "taxi acuático" que cruza el río para conseguir algo de comida. En el camino de regreso, el bote murió en medio del río, y rápidamente fuimos succionados hacia el río Mekong más grande. El capitán / taxista, un chico de 16 años, sacó tranquilamente un pequeño remo y nos llevó a la orilla. Mientras subíamos por la orilla del río en la oscuridad, pudimos escucharlo todavía tratando de encender el motor mientras se lo llevaba la corriente. Ahora podría estar en Vietnam. La gente de Laos no se apresura. 

No hay nada mejor que estar en un lugar nuevo.   

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